jueves, 11 de mayo de 2017

Madres, el origen de todo

Todas las personas nacimos de una madre. Esto es una obviedad, pero a veces se nos olvida. Y tanto la madre como la criatura sufren a menudo violencia obstétrica, creo que se llama. Os invito a conocer las asociaciones Club de Malas Madres y El Parto es nuestro, que sigo de lejos gracias a mi hermana. Hoy, por cierto, es el cumpleaños de nuestra madre.
¿Por qué se hacen llamar Malas Madres? Tal como lo entiendo yo, proclamar que eres una mala madre es liberador, es rebelarte contra todas esas injerencias externas en la crianza y contra tu propio sentimiento de culpa, que claro, no tendrías sin la exigencia de ser perfecta. Decir soy una mala madre es decir que no eres perfecta como todo el mundo espera, a la altura de otras liberaciones mentales como proclamarte loco o decir que no puedes más, que es sanísimo.
Esto es como lo entiendo yo, repito.
Y El parto es nuestro, como su propio nombre indica, reivindica el control de la madre sobre el acto de dar a luz. Porque es alucinante, por ejemplo, la de partos que se provocan, y esto menos mal que se empieza a decir hasta en la tele en horario de máxima audiencia, para que lxs médicxs se puedan ir de fin de semana o vacaciones (estadísticamente, nacen menos niñxs en puentes y findes, qué casualidad tan sospechosa).
¡Hostias, despierta! No te estoy hablando de feminismo, estoy hablando de ti y de mí, ¿o de dónde has salido tú también si no? ¿No te cabrea que te han violentado desde el mismo momento en que naciste?
Precisamente, me gustaría que algunas activistas del feminismo se acordaran también de ese derecho fundamental (a ser madre) y no sólo del derecho a no serlo. Sororidad es ir más allá de tu lucha personal. Ya, ya sé; no eres solo un vientre con patas, vale, muy bien; pero, ¿podrías por una vez dejar de pensar solo en ti y extender tu lucha a otras compañeras?

Cagüén to, los prehistóricos lo tenían más claro. ¡Volvamos a los orígenes! (sin perder el control de natalidad y otros muchos avances, pero, ¡joder! Ahora que ha sido el día de la madre: no es sólo la que te hacía los macarrones o te encontraba las cosas. No era tu esclava. ¡Era tu creadora!

Ya me perdonaréis que,una vez más, haya escrito con las tripas, pero a ver si así despierto vuestro interés.

Nota: no me olvido para nada del derecho de los padres a ejercer también la paternidad, pero cada cosa a su tiempo y su publicación a su tema.

¡Y ésta va de tus orígenes y los de la humanidad entera!

Gracias, ama. Gracias, amona. Gracias a todas.

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