jueves, 23 de febrero de 2017

La fruta prohibida

Para mentes abiertas (es decir, el 20% de quien se crea abiertx, más o menos):


Y en el principio, fue la manzana.

Y Eva, que era más lanzada que Adán, probó la fruta prohibida.

A Adán, que era más formalito, le habían contado que la fruta mata o que engancha o alguna mierda de esas. Así que, como era de esperar, se empachó y le sentó mal. Y luego le echó la culpa a Eva en la Biblia. Y a la serpiente, que sería Pablo Escobar o el de Breaking Bad. A todos, menos a Dios, que era el que lo controlaba todo y estaba haciendo el experimento sociológico ése (un gran ojo te vigila).

Enganchado me tiene a mí la cafeína, y por eso se me pasó mencionarla en este artículo del año pasado sobre el dopaje y la evasión:
Posteriormente, hablaría de los psicofármacos y otras sustancias por encima en "Abuela, te estás drogando", publicado en Haro Digital (hale, a buscarlo).

A lo que voy: los Reyes son los padres, el Ratoncito Pérez murió de sobredosis en un laboratorio de una farmacéutica, y, ahora que ya he captado tu atención, no le puedes ni poner puertas al campo ni engañar a quien más quieres todo el tiempo.
"Sólo di NO", todo un eslogan que transmite tanto como "Corre, Forrest, corre". "Elige la vida", otro eslogan, ya se lo cargó el discurso inicial de Trainspotting hace 20 años.

Si tratas a alguien como si todavía tuviera 5 años, con cuentos y tal, pues no te extrañes si luego no sabe cuidarse por sí mismo.

¿Qué propongo? Sustituir el viejo discurso antidrogas por un nuevo DIÁLOGO que enseñe a convivir con ellas. Los padres engañan a los hijxs, y luego los hijxs engañan a los padres, mientras el sistema trata de engañar a todo el mundo, y esto no puede seguir así. Sólo se debería prevenir el abuso, porque el uso es casi inevitable.

Eva sabía que, si la manzana era taaaan mala, no era necesario prohibirla.
Escribir esto me ha quitado un dolor de cabeza espantoso, así que me atengo a las consecuencias.

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