viernes, 29 de noviembre de 2013

Bloguero intermitente

wenas. "Le llaman el desaparecido"... ¡pero aquí estoy! ¡He vuelto!
Este blog es como el Guadiana. 60 entradas en octubre, y esta es la primera de noviembre. 25 en septiembre, pero hay que remontarse a febrero para encontrar un mes en el que el número de entradas se acerque al de días. En aquel mes, fueron 60 entradas, es decir, al igual que en octubre, las entradas doblaron a los días.
Así que más que como un río que desaparece, este blog va por riadas, no fluye, es el canal por donde descargo mis aluviones. Y aún así, tiene audiencia:
Audiencia a las 19.30 horas del 21 de octubre de 2013: Páginas vistas a aquella hora aquel día: 49. Páginas vistas el 20 de octubre: 58. Páginas vistas en el mes previo: 2.284. Páginas vistas hasta aquella fecha (historial completo): 14.014.
Ahora apenas superamos las 400 páginas vistas en el último mes. No me quejo, dado que no he actualizado.
Pero lo que me supera, me pica, me china, es la falta de comentarios. Gracias a Google Analytics, sabía que más de la mitad de las visitas veían de Donostia, esta ciudad, y que pasaban de media 7 minutos en el blog. Es más: la mayoría de estos visitantes donostiarras eran repetidores. Parecía que había un interés; sin embargo, todos los comentarios los recibía vía Facebook o en persona (pues muchas de estas personas son amigos).
No es fácil llevar un blog. Sobre todo cuando no eres un experto en nada en particular y el blog es de temática variada: contiene a veces información, otras humor y sobre todo opinión que me suscita la actualidad o el entorno. Si estás leyendo esta entrada y eres seguidor, muchas gracias por seguirme. Luego (o mañana u otro día, porque me tengo que ir) me iré a Google Analytics y miraré cuántos han sido los fieles en este mes de abandono.
Respecto a los seguidores, me pequé un tiro en la pierna permitiendo que os suscribierais por correo electrónico (ya he retirado esa opción), porque ni Blogger ni Analytics me dicen cuántos os apuntasteis a ese seguimiento, así que si estás leyendo este texto en tu correo electrónico, que sepas que no tengo manera de saber cuántos o de dónde sois, a no ser que pinches en el título y visites el blog (y ya si comentas, sería la leche).
Bueno, os dejo, tengo una vida al margen de Internet, aunque no es esta la razón de que abandone de vez en cuando el blog. Si te gusta esta bitácora y quieres animarme a seguir, estate atento a la próxima ola y ¡súbete! Visítalo cuando veas que crece, comenta, y crecerá más, y puede que la próxima avenida sea la buena y lleguemos a hacer de este blog un caudal que no se detenga. 

No hay comentarios: