sábado, 7 de septiembre de 2013

El euskera cierra puertas

Muchos desempleados se encuentran con puertas cerradas para las que no tienen llave. Esa llave se llama euskera. Dicen que es nuestra lengua, pero esas personas de las que hablo, que lo que quieren es comer, también forman parte de ese nosotros y nunca la han necesitado para relacionarse con sus familias, amigos, vecinos, ni en los trabajos que han tenido. Les habría venido bien en muchas ocasiones, pero no la han necesitado estrictamente.
El Ayuntamiento de Donostia acaba de presentar como un ejemplo de solidaridad sus cursos gratuitos de euskera para desempleados. Señorxs políticos, por favor, no prolonguen esta agonía; si de verdad quieren ser solidarios, no exijan tanto euskera en sus ofertas de empleo público.
La vida ya es bastante difícil para complicarla más.

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