domingo, 10 de febrero de 2013

El fin del mundo

El miedo al fin del mundo es compatible con el miedo a viajar en avión: te asusta más la muerte porque, de suceder el fatal desenlace, no hay posibilidad de escapatoria.
Las teorías sobre el fin del mundo vienen de lejos, pero afortunadamente, ninguna se ha demostrado en la práctica. Ya cuando se acercaba el año 1.000, los medievales temblaron.
Mucho más reciente, y con base, en los 50 y 60 se temió al holocausto nuclear por la Guerra Fría. Mucha gente se construyó búnqueres, como siguen haciendo en EE UU los llamados preparacionistas.
Afortunadamente, hoy en día, a diferencia del medievo, nos tomamos esas teorías a cachondeo, como ha sucedido en 2.012 con la profecía maya que vaticinaba el final para el 21 de diciembre.
La vida es muy larga, para la mayoría, y siempre tiene el mismo final, muy precipitado, con mayor o menor desarrollo, más o menos abrupto. Cuando expires, tu mundo desaparecerá contigo. Esa es la única verdad demostrada. No creo en la otra vida, aunque me gustaría, porque disfruto de la existencia.

Actualización: según MUY INTERESANTE, la probabilidad de morir por el impacto de un meteorito es de 1 entre 20.000. ¡Suerte!

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