lunes, 28 de enero de 2013

El burro se come la zanahoria o El mito de la felicidad


En las películas, el burro se come la zanahoria. (Recordad, la que le pone delante con un palo quien va montando encima para que nunca la pueda alcanzar y siga hacia adelante... como un burro).
El final es un concepto intimamente ligado a la ficción.
¿Y cuál es el final clásico de nuestros primeros años, en los que ni siquiera tememos a la muerte, que es el único y auténtico final (todo lo demás son hitos en el camino)?
"Fueron felices y comieron perdices".
¿Quiénes? Normalmente, ella y él.
La felicidad es un engaño que nos han puesto delante para que, en pos de ese espejismo, tiremos para adelante, como los burros.
Estudiar para tener un buen trabajo (y de mientras lo que buscas es a lo que te incita tu instinto de reproducción). Tener un buen trabajo para comprarte una casa (y para impresionar a una chica o, mejor todavía, ser el macho alpha y tener un harén). Pagar los estudios a tus hijos. Y vuelta a empezar.
¡Es una rueda, somos como hámsters, no hay final feliz, eso sólo pasa en los cuentos y en las películas! ¿Sabéis como se llama en inglés a trabajar de 9 a 5 de lunes a viernes? "The rat race", la carrera de la rata.
Así que despierta, rebélate, ¡el futuro es ahora!

Tras escribir esta entrada, bastante después, fui a un concierto del grupo Cordura y compré este CD cuya portada conecta con mi post.

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